Tunquelén
Tunquelén en idioma mapuche o mapudungun significa paraje o lugar de descanso, equivalente a pascana (del quechua paskána). Tunquelén o Tunkelén es el nombre de varios hoteles de ciudades de Chile y Argentina, es también el nombre de una marca de vinos y sidras de una renombrada bodega de Tunuyán, provincia de Mendoza, República Argentina.
Pero no vamos a extendernos en la descripción de esta ciudad ni referirnos a los vinos y sidras sino a un personaje bermejeño, al cual otros bermejeños, con su característico sentido del humor, cargado de socarronería, sorna e ironía, pusieron el mote o apodo de Tunquelén, posiblemente para aludir a su gusto por el vino Tunquelén, muy consumido en las zonas fronterizas en las décadas del ‘60 y ‘70 del pasado siglo. Se trata de Manuel Tito Tunquelén Velásquez Molina, gran deportista, conocido por su buena técnica y liderazgo en el fútbol, basquetbol, volibol y el atletismo, un verdadero dotado para la práctica del deporte. En esta ocasión no hablaremos de su rica y dilatada trayectoria en el deporte que, desde ya, merece una o varias notas y reportajes y hasta un reconocimiento de la sociedad e institucionalidad bermejeña. Nos vamos a referir a anécdotas que tuvieron como principal actor a Tunquelén, rescatadas por sus compañeros de colegio y amigos bermejeños, entre ellos Eloy Márquez.
Los enanos
En el colegio Fray Bernardino de Nino, de Bermejo, anualmente se organizaban campeonatos de diferentes disciplinas deportivas en los que participaban los diferentes cursos o grados de ciclo secundario. El curso de Tunquelén tenía los mejores jugadores de fútbol de esa época, base de Juventud Petrolera y de las selecciones de futbol de Bermejo y Tarija: Mario Anco Rivera, Gilberto Cubillas Salazar y otros. No obstante, por diferentes motivos esto no garantizaba que el curso de Tunquelén ganara todos los partidos.
En uno de los partidos definitorios de un campeonato, el equipo de Tunquelén se enfrentó con el equipo del curso inferior. Todas las predicciones indicaban que ganaría Tunquelén y su equipo. No fue así pues un tiro libre a favor el equipo del grado inferior terminó en un gol que determino la pérdida del partido y el campeonato. Eloy Cuchi Márquez, Julio Chato Urzagaste, Mario Anco Rivera, y Carlos Cabezón Valdéz, los tres primeros de muy baja baja estatura, formaron la barrera y la pelota paso por encima de ella para batir al arquero Uriel Oveja Urzagaste del equipo que representaba al curso de Tunquelén. Este, que no le gustaba perder ni en el juego de la bolilla, expelió, como solía manifestarse en ciertas ocasiones y con el típico y fronterizo acento bermejeño: «¡¡Que lo pario, pelotudos!! ¡¡váyanse a la mierda enanos de mierda!! ¡¡no sirven p’ aca*¡¡» En definitiva, los culpables de la derrota fueron los enanos.
Las chicas del …
Como todos los años el día del estudiante, de la primavera, del amor, etc., es muy celebrado. En esa fecha tan esperada por los escolinos y colegiales, los diversos cursos del Fray Bernardino de Nino se aprestaban a organizar la fiesta, pero en el curso de Tunquelén había problemas de entendimiento entre las mujeres y los varones, derivados de ciertas diferencias y rencillas que habían surgido. En todo caso estas diferencias y rencillas predisponían los ánimos para la organización de la fiesta, de tal manera que se llegó a un estado de irreconciliación y desacuerdo total que estalló cuando en una acalorada reunión, llena de reclamos y reproches entre hombre y mujeres, Tunquelén espetó en su característico tono: «¡¡Dejense de joder changos!!», «¡¡si las chinas no quieren, nosotros hacemos la fiesta con las chicas del quilombo!!». Lo que motivo la airada protesta y las quejas de las compañeras ante el cuerpo docente. Al final, los hombres hicieron su fiesta por separado (no sé si con las chicas del quilombo) y las mujeres también, pero esa es otra historia.
Manos frágiles
Tunquelén jugaba basquetbol con gran destreza. Era exigente con su juego y muy exigente con el juego de sus compañeros de equipo. Su visión estratégica de juego, su habilidad y su propia autoexigencia en el desarrollo de las contiendas basquetbolistas le llevaba a momentos de impaciencia y bronca por la poca respuesta o respuesta poca acertada de sus compañeros de equipo. En varias ocasiones lanzaba la pelota a lugares o espacios donde consideraba que debería estar ubicado el compañero, aunque el compañero lamentablemente no se encontrara en ese sitio; entonces, a tiempo de arrojar la pelota a ese lugar, poniendo en evidencia la mala ubicación del compañero, decía: «¡¡ahí deberías estar vos!!». En otras ocasiones, cuando pasaba con velocidad una pelota y los compañeros no la podían agarrar con firmeza o la soltaban señalaba con el especial acento bermejeño: «¡¡pelotudos, manos de aca*!!». En general los afectados eran sus compañeros de curso del Fray Bernardino de Nino.
*Del quechua aka = excremento, bosta, mierda
4 thoughts on “Tunquelén”
Hola Eduardo,disfrutando las anécdotas,y desde luego riéndome mucho,recordando al amigo y vecino de calle Barranqueras, Tito Velázquez.Al margen,felicidades,una gran iniciativa.Me alegraste el fin de semana.Te mando un gran abrazo.
Gracias Daniel. Tunquelen tiene más cosas. Un abrazo
Buenisimo eduardo!!!
Hola Enrique. Gracias. Te llamo cuando vaya a Santa Cruz. Un abrazo